07 marzo 2008

OTRA MATANZA DE CIVILES EN ISRAEL


La reina Esther no puede dejar de ayunar, no puede abandonar la ceniza y el luto, no le es posible cejar en su vigilancia a favor de su pueblo.

Porque Hamán no ha muerto.

Reaparece en vísiperas del Purim, ahora disfrazado siguiendo las costumbres de la fiesta, de estudiante de yeshivah, ahora nuevamente disfrazado de embaja´dor libio en la Asamblea de la ONU.

Yo lamento y condeno toda muerte violenta, sea de palestino o sea de israelí. Pero entiendo que hay una gran diferencia entre enviar a tu hijo a la escuela (o dejarle en un autobús para ir a casa de la abuela) y enviarle a recoger, en pleno bombardeo, las armas de los soldados caídos (o dejarlo en los techados de las casas para que el aviador se lo piense antes de pulsar un botón fatal).

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