Los beduinos vivían centrados en el clan, la familia, la organización tribal.
En busca de pastos y en lucha contra otros clanes la pertenencia a una de las tribus poderosas era algo de suma importancia para sobrevivir en un medio natural hostil.
Una de las más poderosas tribus, la que controlaba la ciudad de La Meca, era la Quraysh, diminutivo del vocablo qirsh que significa “tiburón”. El nombre era debido sin duda a algún animal totémico.
Los qurayshíes descienden de un lejano antepasado llamado Quraysh o Fihr.
Seis generaciones más tarde, otro antepasado famoso, Qusay ibn Kilab, logró federar a los distintos clanes de la tribu y tomó el control de La Meca, de sus pozos de agua y de la peregrinación a la Kaaba, objeto de culto como panteón.
Qusay era bisabuelo de Háshim, fundador del clan de los hashimíes, al que pertenecía Mahoma y del cual se reclaman también descendientes los monarcas jordanos actuales.
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