Hoy leo en Libertad Digital que Israel pide a la prensa española mayores dosis de veracidad y menores omisiones al hablar de los Qassam.
"Con frecuencia", se duele el Gobierno israelí, "son denominados cohetes artesanales. Una definición que, por una parte, falta a la verdad, y que por otra, parece pretender minimizar o desdeñar los daños que originan. No se trata de inofensivos cohetes artesanales. Los Qassam, las bombas de mortero y las balas de los francotiradores son munición auténtica, fabricada en lugares especializados. En los últimos tiempos se han ido perfeccionando en cuanto a su precisión, aumentando su capacidad de alcance y destrucción".
La Embajada recuerda que los ataques con Qassam desde la franja de Gaza "han causado víctimas mortales y heridos, y mantienen aterrorizada a la población civil de Sderot y otras localidades israelíes desde hace años. Desde la toma del poder por parte de Hamás, los ataques se han intensificado, causando más víctimas mortales y heridos".
Por mucho que no encntremos referencias en nuestros diarios, lo cierto es que los ataques se lanzan a diario, que causan muertos y heridos entre los civiles, y que obligan a los habitantes de Sderot a vivir en alerta constante, pasar horas y en ocasiones días en los refugios, haciendo imposible el desarrollo normal de la vida cotidiana con las dolorosas secuelas psicológicas que esto conlleva.
Esta descarada y triste manipulación de la información oculta a la opinión pública el origen y la causa de las iniciativas israelíes de legítima defensa encaminadas a evitar el terrorismo.
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