Calor y más calor.
Cae la tarde.
Barak y Adrià han salido a la terraza, se han sentado en el suelo, y en un paisaje seco de casas y cemento, contemplan como el sol se esconde
Hablan de "cuando tú eras pequeño": de las cosas que daban en la tele, de los juegos de los niños de un kibutz de la Alta Galilea y de algo tan lejano para nosotros como la guerra. Y de pronto el tema deriva hacia un soldado que murio hace justo hoy treinta años...
¡Treinta!
Barak me mira y rie :
- Es vuestra prehisoria, Ma Petite.
Siguiendo a aquel soldado y su increible historia, han dejado el sol, el cemento y la fresca y han entrado a casa para buscar en el Google la foto del soldado .
Y lo que sólo eran palabras, ha tomado una apariencia y la imaginación ha corrido y Adrià hasta les ha encontrado un parecido físico "asombroso".
Y Barak ha sonreído con nostalgia: su vida real no se parece a aquel ideal de la niñez.
Y yo he reflexionado sobre el extraño destino de los hombres : algunos mueren pero siguen vivos, otros en cambio, viven pero nadie cuelga sus fotografías en las paredes de su cuarto.
Y Adrià os ha vuelto a mirar a uno y a otro con los ojos cuajados de brillos.
Tal vez,mon ami, te parezcas mucho más de lo que piensas a Yonatan Natanyahu.
(Como complemento -No se si directo o indirecto- se recomienda leer el siguiente post:
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