La nubes no perdonan,
24 febrero 2008
Cuando metes el pie,
tan débilmente protegido por la sandalia,
pagas con el frío
la osadía de romper un bellísimo espejo.
La nubes no perdonan,
La nubes no perdonan,
ni las hojas secas que ansiaban sus aguas,
ni las personas mayores
que siempre prohiben las cosas más divertidas
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AL PAIRO DE LAS MUSAS
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