25 abril 2008

II. MECA. 615-619


En el 616 los Quarysh mediante un edicto excluyen a los musulmanes de la vida socioeconómica.

Cerca de 80 musulmanes huyen a EtiopiA pero Mahoma resiste en La Meca.

El 618 es decisivo porque dos peces gordos de la Meca, Hamza y Úmar se convierten.

El 619 se anula el Edicto.

Mahoma puede predicar ahora a sus anchas.

Sus referencias a los profetas son constantes asi como su simpatía hacia las “gentes del libro”.

Se presenta como “Rasul”, profeta que trae la verión árabe del mensaje eterno de Dios
Hay 40 suras que hacen referencia al Antiguo y Nuevo Testamento y a sus personajes, de los que él es continuador. Afirma tenazmente el monoteísmo (en su línea de condenar a los incrédulos a los terribles infiernos) y trata de ganar adeptos judeo cristianos.
Notas muy importante:

- Todos los personajes del AT y NT de los que trata están sacados del contexto de la Historia de la Salvación.

- Posiblemente el conocimiento que Mahoma tenía de los mismos provenía de tradiciones orales, por ello no hay citas concretas del texto bíblico.

- No puede por tanto decirse que el Islam cuenta entre sus Libros Sagrados al AT y al NT. Los musulmanes no consideran nuestros textos como auténticos, sino que los creen falsificados. Son ellos quienes conocen una “hipotética” Torah y un “hipotético” Evangelio que ya no existen.


El Corán pasa por tanto a ser la medida de la verdad. Por eso, todo aquello que contradiga al Corán es falso

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante entrada y quiero felicitarte por la canción :-)
Es bueno entrar a un blog y escuchar algo bonito, para disfrutar y quizá, también para llorar...

MAR dijo...

Gracias Ana, la canción es conmovedora por que nos recuerda a la película y a lo que sucede en ella. Sobre la entrada, partiendo de que cada uno es libre de creer en o que quiera, en todas las religiones hay a la vez elementos mistéricos y elementos humanos.Los primeros son indiscutibles,(nadie puede opinar sobre la experiencia y los sentimientos de otro) los segundos no. Conviene conocer los orígenes de las cosas y discernir sobre ellos.